Hace unos días, cuando pasamos por La Paz en nuestro recorrido en bicicleta «Ciclistas por México», tuvimos un acercamiento con integrantes de BCSICLETOS (http://www.bcsicletos.org). En la plática, uno de ellos comentaba sobre el concepto «pueblo bicicletero». Conozco la parte bella de ese concepto, pero creo que actualmente ya no es óptimo usarla. A lo largo de los años se ha ido transformando el concepto y hoy en día no representa lo que la mayoría de organizaciones y asociaciones defienden a favor del uso de la bicicleta -sea transporte, recreación o deporte-.
Desde mi forma de ver las cosas, la palabra «bicicletero» no debería representar al concepto ciclista con el que se le relaciona. En primer punto, «bicicletero» ni siquiera existe en el diccionario de la REA (por vernos muy ortodoxos), entonces tampoco aparece en la mayoría de los diccionarios. Se le puede encontrar en páginas o libros de traducción donde se le relaciona como un adjetivo proveniente de la palabra «bicicleta», aun sin ser la palabra correcta para estos conceptos.
Comprendo perfectamente que en una lengua las palabras pueden irse inventando con el paso del tiempo. Cuando se comienza a usar una expresión inexistente en un diccionario pero que es comprendida por un alto número de personas puede entonces transformarse oficialmente en una palabra. Quizá eso llegue a suceder con «bicicletero».
Actualmente, considero que la expresión «bicicletero» ha perdido una batalla para la cual nunca estuvo preparada, comenzando precisamente por ser una palabra inventada para relacionarse con la bicicleta, compitiendo con «ciclista», quizá porque la segunda representaba principalmente a la alta exigencia, al ejercicio y a todo concepto relacionado con el deporte.
Hoy en día habemos ciclistas urbanos, de montaña, de ruta, de recreación. Creo nunca he escuchado a alguien decir «soy bicicletero», refiriéndose a que usa la bicicleta, siempre se dice «soy ciclista», o incluso cuando la persona aun no se siente del todo relacionada al vehículo, que quizá vaya siendo principiante y aun no se forma su personalidad en la bici, o simplemente porque ve muy lejano el concepto de ser «ciclista», esa persona podría entonces comentar «uso la bicicleta» (en vez de decir ‘soy ciclista’).
En muchas ciudades o pueblos que han crecido en los últimos años, la gente que lleva décadas habitando esos lugares llega a comentar «aquí antes era un pueblo bicicletero», siempre lo describen con amor, con esencia de empatía hacia ese concepto, que la mayoría de las veces también conlleva calles no pavimentadas, rutas de terracería, oficios que usaban la bicicleta como medio de transporte.
El concepto «pueblo bicicletero» sin duda tiene una parte romántica, pues nos llama la atención un lugar donde es posible usar la bicicleta libremente, recorrer un lugar por nuestro propio esfuerzo usando una de las máquinas más trascendentes para la historia humana, sentirnos libres con la sola preocupación de pedalear y recibir el aire en la cara. Ese concepto quedó enterrado en el momento que los vehículos motores fueron adquiriendo popularidad, fueron más accesibles para la población en general y con el paso del tiempo, fueron más los automóviles que las bicicletas. A esto se agrega la creación de reglamentos de tránsito, municipales, estatales y federales, los cuales determinan cómo deben desplazarse los vehículos en las vías de tránsito. Al final de cuentas, la bicicleta es un vehículo.
Es ese el momento exacto en que el ir despreocupado por la vida pedaleando en un «pueblo bicicletero» perdió todo sentido, pues al existir la presencia de vehículos motores, los usuarios de la bicicleta deben (o debieran) considerar saber más sobre leyes de tránsito, comportamiento de los automovilistas, señalización vial y factores de seguridad, como el uso de reflejantes, colores visibles y luces cuando el recorrido sea nocturno -esto sin entrar en la polémica sobre el uso del casco-.
Hoy en día el usar la bicicleta en los pueblos debería conllevar experiencia, responsabilidad, conocimiento y percepción del riesgo, siendo así ciclista en toda la extensión de la palabra, el que se desplaza por las calles, el que se estaciona en la vía pública, el que llega al trabajo usando la bicicleta, el que también conoce de reglas y leyes de tránsito, y si el lugar cumple con las características que representan a un pueblo, podría ser entonces un «pueblo ciclista». Queremos más pueblos ciclistas, no más «pueblos bicicleteros».
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¿Alguna vez has escuchado a alguien usando el concepto «bicicletero» refiriéndose de forma denigrada a un lugar o espacio? Yo lo he escuchado miles de veces (no por ello está correcto o no, pero ya se está haciendo un uso que desacredita ese concepto). No sucede lo mismo cuando se usa el concepto «ciclista».
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Este recorrido cruzando el país me ha permitido comparar distintas zonas, pueblos y ciudades para ampliar mi panorama ciclista. Aun nos faltan más de 3,000kms que recorrer con la bicicleta para llegar a Playa del Carmen, y cada pedaleada estamos más cerca de casa.
Javier Reséndiz.
Imágenes tomadas del artículo: Diferencia entre ser un ciclista VS ser un bicicleto ó bicicletero / http://www.mountainbike.org.mx/cms/noticias/mundomtb/detodounpoco/1537-diferencia-entre-ciclista-y-bicicletero.html